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Boda Real en España


Era viernes 31 de octubre de 2003, nueve de la noche. Letizia Ortiz Rocasolano entra en el hogar de millones de españoles presentando el telenoticias de mayor audiencia.

Letizia es una periodista bien conocida por los ciudadanos. Al despedirse como todos los días desde hace varios meses, pocos sabían que ése era su último Telediario. A ella misma se le comunicó esa tarde que al día siguiente la Casa Real haría oficial el compromiso matrimonial del Príncipe Felipe, noticia de la que ella misma era coprotagonista.

La pareja se conoció en diciembre de 2002 cuando Doña Letizia cubría la noticia de la visita del Príncipe a las costas gallegas afectadas por la marea negra provocada por el accidente del petrolero Prestige. No fructiferó relación alguna hasta que unos meses después, en junio de 2003, se reencontraron en casa de unos amigos comunes. Fue entonces cuando empezó una profunda relación sentimental vivida con gran discreción.

Los novios

Al nacer, Felipe de Borbón tenía ya marcada su senda en las palabras pronunciadas por Don Juan Carlos: «España tiene un servidor más». Eran las doce y cuarenta y cinco minutos del 30 de enero de 1968, en una España en la que pocos pensaban el papel que la Monarquía estaba llamada a desempeñar. Felipe (por el primer Borbón) Juan (por su padre y su abuelo) Pablo (por su abuelo materno) Alfonso (por su bisabuelo) de Todos los Santos (por tradición real) es el nombre que recibe nueve días después en el bautismo, celebrado en el Palacio de la Zarzuela. Con tal motivo, por ser la madrina, vuelve a España la Reina Victoria Eugenia (viuda de Alfonso XIII) después de más de treinta años de exilio. Heredero desde su nacimiento, es exaltado como Príncipe de Asturias en Covadonga el 1 de noviembre de 1977. Esta tradición se remonta a 1388 cuando Juan I de Castilla otorgó a su hijo y sucesor, el futuro Enrique III, el título de Príncipe de Asturias en vísperas de su matrimonio con Catalina de Lancaster. Desde entonces, la Baja Edad Media, se ha mantenido este honor para los herederos de la corona de Castilla.

Los Reyes quisieron para sus hijos una educación abierta, acorde a los tiempos que les tocaría vivir. Don Felipe estudió en el Colegio Santa María de los Rosales terminando sus estudios superiores en Toronto. A su regreso a España en 1985 se plantea la cuestión de su formación militar y sucesivamente pasa por la Academia del Ejército de Tierra, la del Aire y la Armada.

En 1988 comenzó sus estudios universitarios en la Universidad pública Autónoma de Madrid donde completa la licenciatura en Derecho con asignaturas de Ciencias Económicas. La última etapa de su formación académica es el máster en Relaciones Internacionales que, desde 1993 a 1995 cursa en la Universidad de Georgetown, en Washington.

A su vuelta, con veintisiete años, su periodo de formación está prácticamente terminado y su papel ha de encauzarse hacia otros caminos. Esa preparación como futuro Rey pasa por muchas horas de despacho, audiencias con destacados personajes de la sociedad española y líderes extranjeros, recorrer las distintas poblaciones de España para entrar en contacto con la ciudadanía y la representación de su padre en viajes al exterior, centrados de manera especial en Iberoamérica.

En una entrevista concedida con motivo de su 35 aniversario, Don Felipe aseguraba que «tengo plena conciencia de cuál es mi responsabilidad frente a la Corona, frente a la sociedad española, frente al pueblo español. Y también, por lo tanto, en lo que afecta al matrimonio. En su importancia, como garantía de la continuidad, como valor dinástico y en la importancia de tener una familia que dé también estabilidad al trabajo. La futura Reina, así pues, debe conocer, apreciar y saber representar esa función en la sociedad española. Tengo también que señalar que no por satisfacer esa necesidad institucional abandone la pretensión de abordar el matrimonio con una persona de la que me sienta enamorado y, sobre esa relación, honesta y profunda, pueda fundar una familia, una comunidad de valores e intereses que nos permitan compartir una vida familiar y profesional, un proyecto personal y político para servir lo mejor posible a España».

Parece que ha encontrado estas características en Doña Letizia Ortiz Rocasolano, nacida el 15 de septiembre de 1972 en Oviedo, Asturias, lleva el periodismo en los genes. Su abuela paterna, Menchu Álvarez, fue una de las voces más características de Radio Nacional y su padre, Jesús Ortiz, fue el fundador de Antena 3 Radio en Asturias.

Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, cursó un Master de Periodismo Audiovisual en el Instituto de Estudios de Periodismo Audiovisual y comenzó sus estudios de Doctorado en México, donde trabajó en el periódico Siglo 21. Desde muy joven ha trabajado en varios medios de comunicación, entre ellos el diario asturiano La Nueva España, el periódico Abc y la Agencia EFE.

En televisión ha trabajado en la cadena estadounidense Bloomberg TV, especializada en economía, finanzas y mercados de donde pasó a ejercer de presentadora, redactora y reportera en CNN plus.

En el año 2000 se incorporó a Televisión Española, donde colaboró con el equipo de edición de Telediario Segunda Edición, y presentó el Telediario Matinal e Informe Semanal. Posteriormente, presentó los especiales sobre el Euro que se ofrecieron en los Telediarios de TVE y fue enviada especial a diferentes puntos de todo el mundo para cubrir acontecimientos de actualidad como Cumbres Iberoamericanas, el atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York y la guerra de Irak. Su última cobertura especial fue la entrega de los premios Príncipe de Asturias. Nada hacía presagiar que el próximo año ella también asistiría a la ceremonia, pero esta vez no como reportera sino como Princesa de Asturias.

Letizia Ortiz ha escrito su nombre siempre con 'z' por un hecho absolutamente casual. Cuando sus padres la registraron al nacer, el funcionario del Registro que tomó constancia era italiano y escribió el nombre como suele hacerse en ese país.

En la petición de mano celebrada en el Palacio de El Pardo, los novios comparecieron ante los medios de comunicación junto a las familias respectivas e intercambiaron unas palabras antes de la sesión fotográfica. A preguntas de los periodistas sobre que cualidades destacarían de su pareja, Don Felipe dijo de ella que es «elocuente, inteligente, con espíritu de responsabilidad y coraje. Tiene unos principios, una rectitud y una ejemplaridad en el trabajo que siempre me han impresionado y, desde que la conozco, mucho más». A su vez ella destacó del Príncipe que “es un ser humano excepcional, muy respetuoso, muy sensato, inteligente... una persona afanada en crecer por dentro y en tener una visión del mundo y de la vida muy justa y muy comprometida».

Príncipes europeos

De los jóvenes que algún día reinarán en Europa únicamente Alois de Liechtenstein se casó en 1993 con una persona perteneciente a la realeza, la duquesa Sofía de Baviera, y Felipe de Bélgica en 1999 con la aristócrata Matilde d'Udekem.

Los demás príncipes han encontrado sus parejas en mujeres sin títulos nobiliarios, circunstancia que ha levantado críticas en algunos sectores como el matrimonio de Haakon de Noruega con la madre soltera Mette-Marit Tjessem en 2001 y el año siguiente el enlace de Guillermo de los Países Bajos con la argentina Máxima Zorreguieta, hija de un ministro de la dictadura del general Videla.

Para el mes de mayo están previstos dos enlaces reales en Europa. El de Federico de Dinamarca con la abogada australiana Mary Donaldson el día 15 y el del Príncipe Felipe con la periodista Letizia Ortiz una semana después.

Permanecen solteros Alberto de Mónaco, la Princesa Victoria de Suecia, la única mujer llamada a reinar en la próxima generación, y el más joven de los herederos, Guillermo de Luxemburgo. El veterano de los Príncipes europeos, Carlos de Inglaterra, protagonizó en 1981 la que fue consideradaza la boda del siglo con la malograda Lady Diana. Posiblemente la última ceremonia de “cuento de hadas” que ha vivido Europa.

La Catedral de La Almudena

El escenario central será el templo de Nuestra Señora de La Almudena donde se oficiará la Boda por el rito católico. La Catedral fue consagrada por el Papa Juan Pablo II en 1993 siendo la primera que un sucesor de Pedro consagra fuera de Roma, y está situada en el centro de Madrid, frente al Palacio Real. La Catedral, inspirada inicialmente en los templos góticos de los siglos XIII y XIV, cuenta con tres naves. La nave central, de 82 metros de largo, está escoltada por dos naves laterales en las que se encuentran dieciocho capillas. El altar mayor está presidido por el impresionante Cristo crucificado de 1,90 metros, tallado en madera de cedro por Juan de Mesa en el siglo XVII.

El ábside será decorado expresamente por Kiko Argüelles, fundador del llamado Camino Neocatecumenal. La obra es una «corona mistérica» y trata de los momentos más importantes de la vida de Cristo.

El cortejo se iniciará con la entrada en la Catedral del Infante Carlos y la duquesa de Calabria, la Infanta Margarita y el duque de Soria, la Infanta Cristina y el duque de Palma de Mallorca, la Infanta Elena y el duque de Lugo, la Infanta Pilar y el rey Juan Carlos, el Príncipe de Asturias con la Reina Sofía y Doña Letizia con su padre Don Jesús Ortiz, rompiendo la tradición real de que el Rey actúe de padrino. La Familia Real se situará a la derecha del altar, el lado del Evangelio y a la izquierda, lado de la Epístola, la familia de la novia seguidos de los testigos del enlace y amigos de los novios. El lugar derecho de los bancos está reservado para las autoridades del Estado y a la izquierda se situarán los representantes de las Casas Reales y otros Jefes de Estado. Para situar a cada persona en el lugar adecuado se deberá seguir un intrincado procedimiento de leyes, costumbres y tradiciones protocolarias.

El Palacio Real

Será el lugar desde el que saldrán los novios en dirección a la Catedral, que se encuentra a pocos metros y el escenario donde se celebrará el banquete. Es la residencia oficial de Su Majestad el Rey de España, que lo emplea en las ceremonias de Estado, aunque no habita en él.

El origen del palacio se remonta al siglo IX en el que el reino musulmán de Toledo construyó una edificación defensiva que después usaron los reyes de Castilla, sobre la que en el Siglo XVI, se construyó el Antiguo Alcázar.

Destruido este por un incendio en la Nochebuena de 1734, Felipe V quiso que el Palacio Nuevo ocupase el mismo lugar y encargo al arquitecto italiano Felipe Juvarra un primer proyecto, pero tras fallecer este, fue su discípulo J.B. Sachetti quien realizo el proyecto definitivo, poniendo la primera piedra el 7 de abril de 1738. Otros artistas participaron en la obra. La construcción se hizo abovedada, en piedra y ladrillo, sin madera, para que ningún incendio pudiera destruirlo, entre 1738 y 1755, estableciendo Carlos III su residencia en él en 1764.

Otros arquitectos introdujeron reformas en el proyecto, como Sabatini que rediseño la escalera de embajadores, una de las principales joyas del palacio, además de proyectar una primera ampliación.

Dentro de la decoración interior destacan el Salón del Trono, tapizado en terciopelo rojo e hilos de plata, con esculturas provenientes del antiguo alcázar, junto con cuatro leones adquiridos por Velazquez, y que escoltan los trono, réplicas de los originales de la época de Carlos III, pues cada monarca posee un trono con su efigie tallada en la parte alta del respaldo. También es destacable el salón de columnas, el mayor del palacio. Otra de las salas mas importantes, son las decoradas por Matías Gasparini, y que reciben su nombre, siendo el Salón Gasparini la culminación del Rococó no solo español sino europeo. En la parte posterior del Palacio se expanden los jardines del Campo del Moro El Campo del Moro no responde, pues, a ningún estilo paisajístico; en él conviven los modelos formalistas –presentes en su eje principal- con las pinceladas románticas del museo de carruajes o los diseños naturalistas de los bosquetes que actualmente conforman la mayor extensión del parque.

Bodas Reales españolas

La historia de España es convulsa y en la sucesión de periodos de regímenes monárquicos y republicanos la Familia Real ha permanecido exiliada en algunas etapas. Por este motivo, las últimas nupcias de un Heredero a la Corona o Monarca en ejercicio se remontan a principios de siglo XX con el enlace de Alfonso XIII y la princesa británica Victoria Eugenia de Battenberg, nieta de la reina Victoria, en la Iglesia de San Jerónimo el Real de Madrid el 31 de mayo de 1906.

Fue esta la última gran ceremonia celebrada en España con todo el boato y encanto que acompaña a la realeza desde tiempo inmemorial. La Villa y Corte se vistió con sus mejores galas para recibir a toda la realeza europea y sus calles resplandecieron especialmente para la ocasión con el recién llegado invento de Thomas Edison, la luz eléctrica, en lo que se dio a conocer como “el cortejo luminoso”. Otra innovación que llegó a España gracias a esa celebración fue el pastel nupcial, una costumbre importada del país natal de la novia.

El 14 de abril de 1931 se instauró la república en España. La Familia Real marchó exiliada a Italia en cuya capital contraería matrimonio, el día de la Hispanidad de 1935, Don Juan de Borbón, legítimo heredero de Alfonso XIII, con su prima María de las Mercedes de Borbón. El actual Rey Don Juan Carlos I se desposó el 14 de mayo de 1962 en Atenas con la Princesa Sofía, hija de Pablo I y Federica, Reyes de Grecia, una de las monarquías más antiguas de Europa.

Las últimas Bodas Reales celebradas en territorio español fueron las de la Infanta Elena con Don Jaime de Marichalar en la Catedral de Sevilla el 18 de marzo de 1995 y la Infanta Cristina con Don Iñaki Urdangarín el 4 de octubre de 1997 en la Catedral de Barcelona. Los ciudadanos acogieron con alegría estas celebraciones como prolegómeno al esperado enlace de quienes algún día se convertirán en Reyes de España.

En el acto de presentación de Doña Letizia, un reportero preguntó a Don Felipe ¿qué significa este matrimonio para la Monarquía? El Príncipe respondió: «Significa, sobre todo, la continuidad. Permite dar la posibilidad de un eslabón más en la cadena de la dinastía que nos engarza con la historia. Aparte, me permite incorporar un valor, un activo, a mi trabajo y a la función representativa y al trabajo por el bien de los intereses generales de los españoles. Y, personalmente, un tremendo apoyo. Sus cualidades y su valía van a ser fundamentales y van a dar grandes frutos».

Datos claves

- La boda se celebrará el sábado 22 de mayo a las 11 de la mañana. En el momento de contraer matrimonio Doña Letizia se convertirá en Princesa de Asturias.

- Después del enlace los novios recorrerán las calles de Madrid, donde se espera que más de un millón de ciudadanos acudan a vitorear a la pareja real. Siguiendo la tradición de la Familia Real, Doña Letizia ofrecerá el ramo de novia a la Virgen de Atocha.

- Cerca de 1400 invitados entre miembros de la realeza, la aristocracia, diplomáticos y altas instituciones del Estado están invitados al banquete que se celebrará en el Palacio Real.

- El ágape lo servirá 'Jockey', uno de los restaurantes madrileños más exclusivos. La firma se encarga habitualmente de atender las cenas de gala que los Reyes ofrecen en el Palacio Real a los Jefes de Estado que visitan oficialmente España.

- El Príncipe vestirá uniforme militar del Ejército de Tierra con el grado de comandante y Doña Letizia lucirá un traje diseñado por el prestigioso modisto de alta costura Manuel Pertegaz.

- La pareja vivirá en un pabellón de estilo castellano situado en el monte de El Pardo, en el mismo recinto en que se ubica el Palacio de La Zarzuela, residencial oficial de los Reyes. Cuenta con tres plantas: el semisótano dedicado a estancias de servicio; la planta baja donde se ubican los despachos y salas para las recepciones y la primera planta, formada por los aposentos privados.

Publicado en la revista Protocolo, abril de 2004