BODA EN MÓNACO
PRINCESA CAROLINA Y ERNEST DE HANNOVER









Carolina de Mónaco es más princesa que nunca. El día en que cumplía 42 años, se convirtió en la esposa de Ernesto de Hannóver y princesa de esa real casa alemana, tras la celebración de una ceremonia civil que tuvo lugar en la intimidad del palacio Grimaldi. El príncipe Rainiero confirmó la tercera boda de su hija mayor en un escueto comunicado oficial que permitió constatar la ausencia de la princesa Estefanía, hermana de la novia, así como la sola presencia de los dos hijos del novio como representantes de los Hannóver.

El tercer enlace de Carolina fue el más discreto de los que ha protagonizado, pese a que el novio es el de mayor rango entre sus maridos. Si el 28 de junio de 1978 todo Mónaco salió a la calle para celebrar la boda de la princesa con Philippe Junot, en esta ocasión sólo hubo en la plaza del palacio Grimaldi un centenar de periodistas apuntando con sus cámaras a unos balcones que permanecieron cerrados. Carolina y Ernesto no repitieron ni la salida al balcón que se produjo el 29 de diciembre de 1983, cuando la princesa se casó con el malogrado Stefano Casiraghi. La estricta intimidad marcó un enlace que, según algunas fuentes, se ha precipitado por el estado de buena esperanza de la princesa, quien ya acudió embarazada a su boda con Casiraghi.

Súbdita de Isabel II

Sólo una foto oficial en la que puede verse un retrato formal de los novios --ella con traje gris perla, y él, con terno oscuro-- certifica que Carolina es, además de princesa de Mónaco, princesa de Hannóver y, por tanto, súbdita de la reina Isabel II, quien autorizó el enlace como jefa de varias casas reales, incluyendo la de los Hannóver.

La ceremonia tuvo lugar en el Salón de los Espejos del palacio Grimaldi el 23 de enero. El comunicado de la boda no especifica la hora pero sí que fue oficiada por Patrice Davost, presidente del Consejo de Estado. Estuvieron presentes los tres hijos de Carolina y Casiraghi (Andrea, Carlota y Pierre) y los dos hijos de Ernesto y Chantal Hochuli (Ernesto y Christian). Los únicos invitados a la ceremonia fueron Rainiero, su hijo Alberto, la princesa Antonieta, tía de la novia, y dos amigos, Albina de Boisrouvray y Spyros Niarchos, que fueron los testigos.

La ausencia de la princesa Estefanía confirma el distanciamiento de las hermanas. Carolina no aceptó el tercer embarazo de Estefanía y no fue a la clínica monegasca en la que nació la pequeña Camila. La mayor de las Grimaldi tiene a gala saber mantener las formas, aunque su fondo en poco se diferencia del de su hermana rebelde. Carolina logra casarse con sus amantes y éstos, a diferencia de los de su hermana, han sido siempre de nivel. Estefanía prefirió refugiarse en la localidad francesa de Auron, en los Alpes marítimos, mientras su hermana sumaba a su título de alteza serenísima el de alteza real. Carolina forma parte ahora de ese grupo llamado los reales primos de Europa, constituido por los miembros de todas las familias reales.
Tampoco los hermanos del novio acudieron al enlace del jefe de su casa real. Los Hannóver habían puesto mil impedimentos a esa boda, temerosos de que el patrimonio familiar quedara mermado al ser más a repartir.

Ernesto, un primo de la reina Sofía que podría reinar en Inglaterra

El rico príncipe Ernesto de Hannóver (45 años) posee la doble nacionalidad alemana y británica, es el cabeza de una de las más antiguas casas de la nobleza alemana, además de estar emparentado con la reina Isabel de Inglaterra y ser primo de la reina Sofía. De hecho, de no haber sido por la abolición de la ley sálica en Inglaterra antes de 1837, Ernesto de Hannóver podría ser el rey de ese país (su antepasado Jorge Luis lo fue en 1714), aunque conserva los títulos de príncipe de Gran Bretaña e Irlanda y duque de Cumberland, entre otros muchos que remarcan su sólido linaje.

El enlace con Ernesto de Hannóver supone para Carolina subir algunos peldaños en la realeza. Considerada casi una princesa de opereta de un principado de orígenes cuestionados, la hija mayor de Rainiero podrá ahora codearse de tú a tú con las grandes casas e, incluso, por protocolo, sus hermanos deberán inclinarse ante ella.
Ernesto de Hannóver ha estado casado durante 16 años con Chantal Hochuli, hija de un multimillonario arquitecto suizo, con la que tuvo dos hijos y de la que se divorció en octubre de 1997.



Carolina, una princesa de cuento marcada por una agitada vida sentimental

Carolina fue candidata a princesa de Gales, pero el intento de apaño con Carlos no cuajó y el bombón monegasco se dedicó unas temporadas a la dolce vita, para desespero de mamá Grace, que la quería inmaculada y casadera. Salía con Philippe Laville cuando, en 1975, conoció en una discoteca al playboy Philippe Junot e inició un noviazgo marcado por algunos escándalos en topless. Pese a la oposición de Rainiero y Grace, las pataletas de Carolina llevaron a la boda, que se celebró el 29 de junio de 1978. Junot, fiel a su fama, hacía demasiadas escapadas y la separación llegó en octubre de 1980. Carolina se relacionó entonces con Robertino Rossellini y buscó ánimos con el tenista Guillermo Vilas hasta que apareció en su vida Stefano Casiraghi, con el que se casó, embarazada, el 29 de diciembre de 1983. La idílica relación, con tres niños como fruto, se truncó por la muerte accidental de él en octubre de 1990, aunque se dice que ya estaba enamorada del actor Vincent Lindon, su consuelo de viudez hasta la aparición de su príncipe.