El discurso de Navidad del Rey era especialmente esperado este año por distintas circunstancias. La actualidad nacional en relación a la que se esperaba algún pronunciamiento del Rey se puede dividir en tres grandes grupos.

España está inmersa en una crisis sanitaria con graves consecuencias en la sociedad y la economía de familias y empresas con un futuro sombrío en los próximos meses.

La noticias sobre presuntas actividades económicas fraudulentas de Juan Carlos I que han puesto en la picota a la Corona en los últimos meses y cuyas investigaciones judiciales están en desarrollo.

Algunos miembros del gobierno socialcomunista han aprovechado para criticar duramente al Rey y a la institución, además de poner en entredicho el sistema constitucional.

Felipe VI ha dado respuesta a todos estos temas defendiendo la Constitución como «fundamento de nuestra convivencia» y en una España cada vez más polarizada, defendió «el reencuentro y el pacto», frente a los «enfrentamientos y divisiones».

En cuanto a las noticias que afectan a su padre, con toda la claridad posible desde su posición como Jefe del Estado, Felipe VI ha rememorado los principios éticos y morales que inspiran su reinado, como anunció el día de su Proclamación y que «nos obligan a todos sin excepciones, y que están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personales o familiares».

Por último, el Rey quiso terminar con un mensaje de ánimo y optimismo apelando al orgullo nacional y reiterando que está al servicio de todos: «No somos un pueblo que se rinda o que se resigne en los malos tiempos. No va a ser nada fácil superar esta situación, y en cada casa lo sabéis bien. Pero yo estoy seguro de que vamos a salir adelante. Con esfuerzo unión y solidaridad, España saldrá adelante. Con todos y para todos. Y, como Rey, yo estaré con todos y para todos, no solo porque es mi deber y mi convicción, sino también porque es mi compromiso con todos vosotros, con España».

El discurso en 10 frases


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