Último discurso de Don Juan, 18 de enero de 1993



Majestades,

Altezas Reales,

Señor presidente del Gobierno de Navarra:

La dificultad de expresión que todos conocéis me impide dirigirme a vosotros personalmente como sería mi deseo y he pedido a mi querido nieto, el Príncipe de Asturias y de Viana, que actúe como mi portavoz leyendo en mi nombre estas palabras:

Quiero agradecerte, mi querido presidente, y en ti a toda Navarra, la concesión de esta Medalla de Oro. Me honra y me alegra porque, igual que a todas las tierras de España y a todos los españoles, quiero a Navarra y a los navarros con todo mi corazón y siempre gratifica y emociona ver el amor correspondido.

Me emociona también y agradezco profundamente la presencia en este acto de los Reyes y de toda mi familia, que, junto con España, han sido siempre lo más importante de mi vida. Muchas gracias, Señor. Muchas gracias, Señora.

Quiero finalmente agradecer de manera especial que mi muy querida esposa, la Condesa de Barcelona, haya querido vivir conmigo este momento entrañable.

Querida María:

Tenemos, tú y yo, la satisfacción de poder decir hoy que nuestras esperanzas y deseos no estaban desencaminados y que hemos administrado prudentemente el legado de la legitimidad histórica, que es, en definitiva, patrimonio de España y de los españoles.

Así, cuando España lo ha necesitado, lo ha podido encontrar y hemos tenido la dicha, como súbditos, y la alegría, como padres, de ver encarnada en nuestro hijo, para bien de España, la Institución a la que hemos dedicado nuestras vidas.

Por eso podemos decir con orgullo: Señor, deber cumplido.

Majestades, Altezas Reales, señor Presidente, muchas gracias de nuevo. Viva España. Viva el Rey. Viva Navarra.

 

Nota: Fragmento del discurso pronunciado con motivo de la entrega de la Medalla de Oro de Navarra. Discurso leído por su nieto, el Príncipe de Asturias, al no poder pronunciarlo Don Juan debido al cáncer de laringe que le causaría la muerte dos meses después.


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