Entrevista con el Príncipe




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En una entrevista con motivo de su 35 cumpleaños, el Príncipe Felipe ha asegurado que "no por satisfacer" la "necesidad institucional" abandonará "la pretensión de abordar el matrimonio con una persona" de la que esté "enamorado". También, que "la futura Reina debe conocer, apreciar y saber representar" la sociedad española.

"Tengo plena conciencia de cuál es mi responsabilidad frente a la Corona, frente a la sociedad española, frente al pueblo español, y también, por tanto, en lo que afecta al matrimonio", manifestó Felipe de Borbón.

Añadió, sin embargo, que "no hay novedades en el horizonte que permitan esclarecer esa faceta del futuro" y que "no hay planes ni nombres que puedan satisfacer ese interés".

Respecto a la orientación futura de la Corona considera que "no hay que desviarse" del "camino que han seguido el Rey junto a la Reina".

"Sentirse útil, al fin y al cabo yo creo que es lo que más agrada", afirma Don Felipe para definir cuál es la parte de su trabajo que más le gusta realizar.

Con ese trabajo, trata de "tener una presencia activa en la vida del país, y al fin y al cabo, servir a los intereses generales allí donde se requiera".

Entrevista íntegra

El texto de la entrevista con el Príncipe de Asturias es el siguiente:

Pregunta.- Alteza, su actividad y su trabajo como Príncipe de Asturias se ha ido consolidando a lo largo de los años. ¿Cómo es actualmente su trabajo como Heredero de la Corona ?

Respuesta.- Cuando finalicé mi período de formación académica, en 1995, nos planteábamos qué modelo de trabajo podíamos poner en marcha: si uno que, teniendo sentido con la función de Heredero de la Corona, estuviera más concentrado en alguna fundación o institución concreta, o por otro lado, un modelo que se implicara plenamente en el funcionamiento del Estado. Optamos por el segundo, que yo resumiría en ser una pieza más de la Corona a través de sus numerosas actividades y de su presencia en todos los sectores de España y de su acción exterior.

Mi trabajo, por lo tanto, es muy atractivo por su variedad y se aleja de la especialización, lo que me permite recorrer las Comunidades Autónomas, participar en el quehacer de las Fuerzas Armadas, representar a mi país en las tomas de posesión de los presidentes iberoamericanos ... En definitiva, trato de tener una presencia activa en la vida española y servir al interés general allí donde se me requiera.

Balance de la sociedad española

P.- Su trabajo precisamente le ha llevado a conocer buena parte de las ciudades y pueblos españoles. ¿Cómo percibe el Príncipe de Asturias la España del siglo XXI, la España de la que ha de ser Rey en el futuro ?

R.- Echando la vista atrás, los españoles hemos recuperado en estos veinticinco o treinta años una confianza en nosotros mismos que no teníamos. Hemos perdido complejos, tenemos una cualidad que es capacidad de superación e ilusión en el futuro. Creo que este proyecto colectivo ha sido un éxito y todos hemos participado de alguna forma y nos hemos beneficiado.

Creo que la sociedad del siglo XXI en España necesariamente será una sociedad abierta, dialogante, que manifiesta un espíritu solidario. Lo estamos viendo constantemente en una juventud y en los nuevos valores que se van afianzando en la sociedad.

Yo creo que también deberíamos resaltar el hecho notable de que la mujer está participando cada vez más en la vida social y profesional de una manera destacada en los últimos años.

Yo creo que hay que reconocer el esfuerzo que la juventud ha hecho, que la gente de mi generación y los que están viniendo por detrás con fuerza, están realizando para prepararse con seriedad y con profesionalidad para asumir responsabilidades en el futuro. Creo que estas generaciones nuevas van a permitir un salto hacia delante monumental en el futuro. Nunca hemos tenido una juventud tan preparada, las posibilidades son enormes. Yo creo que tenemos razones suficientes para sentirnos con confianza y con ilusión ante el futuro de nuestro país. Es verdad que queda mucho por hacer, siempre habrá problemas, pero lo importante es eso: que el fundamento es bueno, que tenemos algo sobre lo que apostar y que podemos tener esa confianza.

Yo diría también que veo una España en el futuro que esté en su sitio, que sabe qué lugar ocupa en el contexto internacional, cuánto puede ofrecer y que esto lo haga siguiendo nuestro talante de sociedad abierta, generosa, trabajadora y seria, y creo en una España en la que todos seguiremos andando el camino afianzado de la libertad, de la democracia, y que esa libertad implique una liberación definitiva del terror, del horror que es la amenaza terrorista. Espero que continuemos siendo una sociedad abierta y dialogante. Confío en que haya una presencia constructiva y leal al proyecto colectivo -leal sobre todo al marco que gozamos bajo la cobertura de la Constitución- de personas que vengan de fuera, de inmigrantes, de personas de distintas culturas, de distintas etnias, de distintas religiones. Es decir, que la convivencia sea siempre una realidad y que esas personas vengan aquí con voluntad de sumar y que nosotros estemos abiertos a la suma. Nadie se debe sentir en nuestra sociedad apartado o que no cuenta. Eso es importante y yo creo que nuestra sociedad lo permite, es decir, que se ha abierto lo suficiente para que eso sea una realidad.

Al fin y al cabo es permitir que el pluralismo que deseamos en el funcionamiento de nuestra democracia se refleje en todas sus manifestaciones, hacia dentro y también hacia fuera.

Representación de España en el extranjero

P.- Desde que concluyó su etapa de formación ha visitado oficialmente países de los cinco continentes, y representado a España en diversos foros y países. ¿Cuál es su balance de toda esta actividad?

R.- Yo creo que el balance es muy satisfactorio. Realmente es una parte importante de mi actividad al servicio de la política exterior. Yo creo que promocionar este país, llevar la buena imagen de España, es una magnífica carta de presentación en cualquier lugar y se hace con enorme gusto e incluso diría yo que con cierta facilidad, pues promocionar algo bueno siempre es más fácil.

Creo que es un activo promocionar la imagen de España en todos sus aspectos, en su faceta cultural, en su proyección económica, en sus relaciones políticas, y de hecho en esos ámbitos es en lo que se ha manifestado mi actividad, tanto en visitas a países concretos como en presencia en instituciones internacionales, o con mi asistencia a las tomas de posesión en Iberoamérica.

Quizá esta última actividad ha sido la más conocida últimamente puesto que a lo largo de estos años he ido a 28 tomas de posesión, que me han permitido conocer un continente fascinante y enormemente importante para España.

En el aspecto económico, que considero esencial, participo con gran entusiasmo en expotecnias, promociones comerciales o fomento de inversiones. Esto me permite conocer nuestro potencial económico, estar cerca de los empresarios que se abren camino en el exterior, percibir los mecanismos que el Estado tiene para facilitar y ayudar a esas iniciativas que se abren camino, y todo eso obviamente contribuye a afianzar nuestro peso en el exterior.

P.- En ese mismo contexto de sus visitas a otros países, habrá podido percibir cómo es valorada España en el extranjero.

R.- La imagen de España que he percibido a lo largo de estos años en mis visitas a otros países siempre ha sido muy buena. Ello es así, incluso después de tener la precaución de filtrar las valoraciones que con tal motivo uno recibe de España de la dosis de halago y cortesía diplomática con que normalmente se expresan. En cuanto se viaja al exterior, se obtiene una mayor perspectiva y se comprueba que la percepción que existe de nuestra imagen es mejor de lo que pensamos, aunque debemos seguir perseverando en promoverla y en resolver problemas.

Es importante saber a qué se debe esta buena imagen. No sólo se trata del éxito de la Transición o de un indudable progreso económico y social. Se nos percibe como un país que sabe estar en su sitio, como un país fiable, que cumple con sus compromisos, cuyas pretensiones corresponden a su peso en población, cultura, Historia.

Es, además, un país generoso, que sabe apoyar las iniciativas de otros, que sabe tomar iniciativas cuando lo cree conveniente o cuando procede, y que está perfectamente implicado en la cooperación multilateral en un mundo en que ésta resulta cada vez más necesaria.

Somos un importante socio en el plano europeo, así como para los restantes países amigos, en particular de América en su conjunto y del Mediterráneo.

Quiero subrayar que esa imagen se sustenta en nuestro peso histórico y en nuestra rica y variada cultura, que se ha ido enriqueciendo y que, hoy en día, dispone de un peso indudable en el mundo. Buena prueba de ello es la creciente influencia y vitalidad de lo hispano a escala internacional. Disponemos además de una capacidad creativa importante. Todo ello genera una especial sintonía con la comunidad a la que también pertenecemos por idioma y conforma un potencial importante del que debemos ser conscientes y saber cuidar y promover.

Futuro de la Corona

P.- ¿Cuál cree que ha de ser la orientación de la Corona en la España del futuro?

R.- En síntesis creo que no debe desviarse de lo que ha sido hasta ahora. Considero que uno de los valores esenciales de esta institución es su continuidad. Pero esa continuidad incluye el saber tomar día a día el pulso a la realidad y a la actualidad del país, imprimiendo el necesario dinamismo a sus funciones para no anclarse en la historia.

La Corona es un activo para España. Lo ha sido en estos años de democracia. Un activo importante para la estabilidad del país, para su convivencia. Se trata de una institución dotada de una voluntad y de una vocación de seguir contribuyendo a dar confianza en el futuro de España, a dar serenidad a la vida pública, y a servir de punto de referencia de una sociedad y de hilo conductor capaz de transmitir valores comunes de generación en generación.

El camino seguido por el Rey a lo largo de estos años, junto a la Reina, constituye un modelo del que no hay que desviarse, aunque siempre desde la lógica adaptación derivada del avance de los tiempos y de la impronta que imprima mi propia personalidad en el desarrollo de mis funciones futuras.

Las circunstancias en que habré de desarrollar mis funciones no serán las mismas. Ya no será necesario acometer una transición como ocurrió a partir de 1975. En el futuro a la Corona le corresponderá administrar la normalidad sabiendo tomar el pulso a la realidad española dentro de un marco de estabilidad, siguiendo las ambiciones y problemas diarios de los españoles. Se trata de un trabajo a largo plazo, de un trabajo esforzado y sosegado, marcado por la atención y la dedicación continua al desarrollo de la vida de España y de los españoles. A la Monarquía, como Institución, le corresponde, en cualquier caso, la función esencial de contribuir a fortalecer las instituciones democráticas, de alentar el buen funcionamiento de la vida pública y de actuar, obviamente, como símbolo de la unidad y la permanencia del Estado. La Corona constituye una institución capaz de aglutinar y de servir de punto de referencia para todos los españoles, poniendo en valor la riqueza en la diversidad y pluralidad que encierra nuestro país.

Sentirse útil

P.- ¿A qué parcela de su trabajo concede S.A.R. una mayor importancia? Planteado de otra forma, ¿cuál de sus actividades le gusta más realizar?

R.- La verdad es que me cuesta definir lo que me gusta más porque yo creo que todo está bajo el mismo principio, o la misma vocación que es de servicio a España.

Sentirse útil, al fin y al cabo, yo creo que es lo que más agrada, lo que más satisface. Lo resumiría en eso.

P.- ¿Cómo resumiría la experiencia personal y profesional que suponen los 35 años que está a punto de cumplir S.A.R.?

R.- Todos estos años han sido una sucesión de pasos encaminados a adquirir un bagaje que me permita desempeñar las funciones que se espera que desempeñe como Heredero y luego como Rey. Es una experiencia inacabada que permite siempre aprender y mejorar.

En estos 35 años, hay un capítulo enorme de gratitud a muchas personas a las que me gustaría agradecer su ayuda, su aportación, su aliento, el tiempo que me han dedicado en este proceso de aprendizaje, la confianza que me han otorgado.

¿Qué me mueve cuando cumplo treinta y cinco años?, Pues una enorme ilusión y voluntad de trabajar en mi vida institucional.

Una de las cosas que más me satisface en este trabajo es la cercanía con las personas y que una institución que está a la cabeza del Estado no esté distante, sino todo lo contrario, sea la más cercana a la gente. Que sea una institución operativa, que funcione, que la gente entienda que somos personas que sentimos lo que sienten ellos. Que somos parte de la sociedad española y parte útil que contribuye a la mejora colectiva.

Sin boda "en el horizonte"

P.- Señor, le puedo hacer un centenar de preguntas, pero, "la del millón", la que sin duda despierta el más vivo interés de los españoles, es la que afecta a su futuro matrimonial. ¿Qué puede decir al respecto?

R.- Sé que hay mucho interés y que va siendo creciente a medida que pasan los años, pero no hay novedades en el horizonte que permitan esclarecer esa faceta del futuro. No hay planes ni nombres que puedan satisfacer ese interés.

Tengo plena conciencia de cual es mi responsabilidad frente a la Corona, frente a la sociedad española, frente al pueblo español. Y también, por tanto, en lo que afecta al matrimonio. En su importancia, como garantía de la continuidad, como valor dinástico, y en la importancia de tener una familia que dé también estabilidad al trabajo. La futura Reina, así pues, debe conocer, apreciar y saber representar esa función en la sociedad española.

Tengo también que señalar que no por satisfacer esa necesidad institucional abandone la pretensión de abordar el matrimonio con una persona de la que me sienta enamorado y sobre esa relación, honesta y profunda, pueda fundar una familia, una comunidad de valores e intereses que nos permitan compartir una vida familiar y profesional, un proyecto personal y político para servir lo mejor posible a España.

Agencia EFE





FAMILIA REAL ESPAÑOLA