BODA DEL PRÍNCIPE CARLOS Y CAMILA






Carlos de Inglaterra y Camila se convierten por fin en marido y mujer

El heredero contrae matrimonio con su amante de siempre - Ella vestía un sencillo conjunto y una pamela en el Ayuntamiento y un vestido largo y un tocado en la capilla

El Mundo, 8/IV/2005

El heredero británico, Carlos de Inglaterra, ha convertido por fin a Camila en su esposa y, por tanto, en duquesa de Cornualles. Lo ha hecho en una ceremonia civil que no ha llegado ni a los 20 minutos y a la que han asistido unos 30 invitados, entre los que no estaban los padres del novio. La pareja ha mantenido una relación sentimental por más de 30 años, incluido el tiempo que duraron sus respectivos matrimonios.

Dos horas antes del enlace, Camila ha abandonado Clarence House, en Londres, para dirigirse a Windsor. Su prometido durmió en Highgrove, su residencia campestre en el oeste de Inglaterra, junto a sus dos hijos, cumpliendo así la tradición de no pasar juntos la noche previa al enlace.

Los escasos 30 invitados que podían entrar en el Consistorio llegaron en autobús un cuarto de hora antes del comienzo de la boda. Pocos minutos después, lo hizo la pareja, en un antiguo Rolls-Royce que perteneció a la Reina Madre y que ha partido del castillo, donde ambos se han vestido para el enlace. El vehículo también fue utilizado por el hijo menor de la reina, Eduardo, el día de su boda.

El secreto del traje de ella se ha desvelado con un vestido por debajo de la rodilla en blanco roto, un abrigo a juego, zapatos de tacón bajo y una pamela bastante vistosa en el mismo tono. Él, como sus dos hijos, luce un chaqué negro y gris, con camisa de rayas azules y cuellos blancos y corbata estampada. La modista elegida para el traje de la novia ha sido Anna Valentine —que ya le diseñó un traje en 2002— y los zapatos los ha diseñado Linda Bennett.

Bendición religiosa

Tras el 'sí quiero' en el Ayuntamiento, los recién casados han vuelto al castillo. Allí, en la capilla de San Jorge, han recibido la bendición del arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, líder de la Iglesia Anglicana, cuya cabeza es Isabel II y en su día lo será Carlos de Inglaterra. Precisamente, este puesto ha hecho que algunos miembros del clero hayan rechazado públicamente el enlace.

Para la ceremonia religiosa, Camila ha cambiado totalmente su atuendo por un vestido largo y vaporoso con abrigo hasta los pies y un tocado de espigas. Mientras en el Ayuntamiento llevaba una cartera en las manos, después ha portado un ramo de flores blancas y amarillas. El arzobispo ha bendecido a la pareja, que se ha jurado fidelidad, en un acto solemne que, aunque no era una boda propiamente dicha, lo parecía. La condición de divorciada de Camila impedía un enlace religioso.

Los británicos no han recibido con los brazos abiertos el que Camila —que deja ya en el pasado el apellido de su primer esposo, Parker-Bowles— se convierta definitivamente en la sustituta de Diana. Sin embargo, el portavoz del príncipe, Paddy Harverson, aseguró en una entrevista previa a la boda que los británicos tendrán más oportunidades de conocer y apreciar a Camila después de su matrimonio.

El secretario del heredero de la Corona británica auguró que el apoyo hacia la futura esposa de Carlos crecerá "en los próximos meses y años, en cuanto la gente comience a conocer a la señora Parker Bowles y sus maravillosas cualidades; es una mujer con los pies en el suelo, cálida y amable". Según Haverson, no tiene previsto "lanzar una gran campaña de relaciones públicas" a favor de Camila, pues "no sería apropiado".

Los invitados

Entre los 700 invitados a este acto religioso y a la recepción posterior, están el primer ministro británico, Tony Blair, y representantes de la oposición, además del rey Constantino de Grecia, el heredero de la Corona de Noruega, Haakon, y su esposa Mette Marit y el príncipe Constantino de Holanda. También figuran en la lista otros nombres como el del diseñador Valentino, el actor Rowan Atkinson (más conocido como Mr. Bean) o el actor Kenneth Branagh.

Los novios han leído un pasaje del 'Libro de la Oración Común' de 1662, en signo de lealtad a la Iglesia Anglicana, que afirma: "Seriamente nos arrepentimos y, de todo corazón, pedimos perdón por nuestros pecados. Su recuerdo nos aflige, su carga es intolerable".

Después de este servicio, los novios han salido de la capilla junto a la Reina, otros miembros de la familia real, los parientes de Camila, el arzobispo de Canterbury y el deán de Windsor. La pareja se ha dado su primer baño de multitudes. Posteriormente, el nuevo matrimonio recibirá en una dependencia cercana, el Horseshoe Cloister, a representantes de una serie de organizaciones benéficas que cuentan con su apoyo.

En el último acto de esta boda, Carlos y Camila irán a las Residencias Reales del castillo de Windsor, para asistir al banquete que en su honor ofrecerá la reina. Después, el príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles abandonarán el castillo de Windsor para empezar su luna de miel en Escocia.

Está previsto que lleguen sobre las 20.45, hora española, a Aberdeen, donde serán recibidos con la música de gaitas escocesas. Ya lejos de la curiosidad del público, el matrimonio se desplazará a la mansión Birkhall, una propiedad construida en 1715 que perteneció a la Reina Madre, dentro de las dependencias del castillo de Balmoral.

Familia Real Británica