Boda del Príncipe Guillermo y Catalina Middleton

El Príncipe Guillermo y Catalina Middleton se han casado esta mañana y se han convertido en los Duques de Cambridge. Cientos de miles de británicos han seguido el acontecimiento en directo en el Mall y a lo largo de la ruta que va desde el palacio de Buckingham hasta la abadía de Westminster, la cuna de la Monarquía británica desde que Guillermo I «El Conquistador», Duque de Normandía, fue coronado Rey de Inglaterra ahí el día de Navidad de 1066.

La ceremonia, sobria y grandiosa en la abadía de Westminster, ha inyectado savia nueva en la monarquía británica, tan necesitada de ella después de años de escándalos personales.

"Acordaros de lo que es importante en la vida, y sed generosos", les ha pedido el obispo de Londres, Richard Churches, el mismo que ofició el funeral de Lady Diana, la madre del príncipe, muerta en accidente de tráfico en 1997. El obispo ha subrayado "la esperanza y el peligro" que se ciernen sobre el mundo en un día tan especial.

Ha sido un perfecto espectáculo británico. Desde los himnos hasta el vestido de la nueva princesa Catalina. El príncipe Guillermo ha recibido a su esposa con el uniforme rojo de la Guardia Montada irlandesa. Ella ha vestido un traje de la diseñadora Sarah Burton realizado en la firma de Alexander McQueen.

La duquesa de Cambridge se ha inspirado en el campo inglés a la hora de confeccionar su traje. Todo el encaje ha sido de motivo floral. También sus pendientes, regalo de boda de sus padres, están inspirados en las hojas de roble y las bellotas, que es el nuevo escudo de armas de la familia Middleton.

Uno de los detalles más románticos ha sido la tiara utilizada. Fabricada por Cartier en 1936, fue el regalo de Jorge VI a su mujer, conocida como la Reina-Madre, tres semanas antes de ser coronado. Jorge VI, el rey tartamudo, inspiró la película El Discurso del Rey. La Reina-madre le regaló la tiara a su hija, la reina Isabel II, cuando ésta cumplió 18 años. Hoy, la reina se la ha prestado a su nieta política, la princesa Catalina.

La celebración ha sido dirigida por el Deán de Westminster y tras una breve introducción suya el Arzobispo de Canterbury procedió con el sacramento del matrimonio. El padre dio la mano de la novia al arzobispo que fue quien se la entregó al Príncipe Guillermo. Ambos emplearon la misma fórmula en la que no hubo un «sí quiero», sino una larga proclamación. «Yo, Guillermo Arturo Felipe Luis, te tomo a ti Catalina Isabel para ser mi esposa, para tenerte y apoyarte desde este día en adelante, en lo bueno y en lo malo, en la riqueza y en la pobreza; en la enfermedad y en la salud; para amarte y para apreciarte hasta que la muerte nos separe, según la sagrada Ley de Dios; y para ello te doy mi compromiso de matrimonio.» Y viceversa después en las palabras pronunciadas por Catalina.

Finalizado el sacramento, los novios abandonaron los reclinatorios frente al altar y pasaron a sentarse a la derecha de la nave central (a la izquierda del oficiante).

El hermano de la novia, James, hizo una lectura de Romanos 12, tomada de la Nueva Versión Revisada de la Biblia, que emplea un lenguaje más actualizado que la versión del Rey Jaime.

La homilía corrió a cargo de un tercer pastor, el Obispo de Londres, Richard Chartres, que es también deán de las Capillas Reales y que ha recordado que “toda boda es en cierto modo regia, pues los novios se convierten en reyes de creación” y encomendó a los novios que «el matrimonio debe transformar mientras marido y mujer hacen al otro la obra de su vida».

Después sonó, con toda majestuosidad el himno «Jerusalem» del que se tomó la estrofa «Bring me my chariot of fire» para titular la película «Carros de Fuego» que produjo, de entre todos los productores cinematográficos del mundo, Dodi al-Fayed, última pareja de Diana, Princesa de Gales.

Pero tras «Jerusalem» llegó el «God Save de the Queen», que en un día así ha hecho correr muchas más lágrimas que la memoria de ningún ausente.

Ha habido que firmar tres actas. Dos de la abadía y una de la Casa Real, pero eso ha tenido lugar en la capilla de San Eduardo Confesor, fuera de la visión del público y las cámaras. Ahí se guarda el protocolo del funeral de Catalina Knollys, la hija ilegítima de Enrique VIII de la que desciende la nueva Duquesa de Cambridge.

Los novios han salido de la abadía al son de «Corona Imperial», que también sonó hace treinta años a la salida de la boda de los Príncipes de Gales en la Catedral de San pedro y San Pablo. Como entonces, hoy los novios se han encontrado un indescriptible fervor popular camino de regreso a Buckingham.

 

En el blog de Foro Real se podrá consultar amplia información actualizada con todos los detalles de la ceremonia y noticias de interés, así como en los siguientes enlaces recomendados:

Programa oficial de la Boda Real

Secciones especiales en BBC y TVE que ofrecerán la ceremonia en directo por internet.

Revistas Hola y Hello

Especiales de los periódicos ABC, El Mundo, El Periódico, The Daily Telegraph.

Recopilación de vídeos

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