Discurso de Navidad 1999
"Quiero expresar nuevamente mi testimonio de gratitud
a los compatriotas,civiles y militares, que están contribuyendo con
su esfuerzo y sacrificio envarios países a la estabilidad y a la paz"
Al iniciar estas palabras que, como es ya tradición, os dirijo en estanoche
de Navidad, quisiera transmitiros en mi nombre y en el de toda mifamilia
un saludo muy afectuoso, junto con nuestros deseos más sinceros depaz,
felicidad y bienestar.
Un año más se acerca a su fin. Para muchos habrá sido un año propicio
ypositivo. Otros, seguramente, habrán pasado a lo largo de estos meses
porcircunstancias y situaciones difíciles o dolorosas. Cada ser humano
tiene sumundo propio de alegrías que debemos celebrar y agradecer, y
de tristezasque debemos respetar y ayudar a superar.
El balance de este año, visto en términos generales y en el conjunto
dela sociedad española, creo que continúa reflejando una línea de progreso
ydesarrollo que debe animarnos a seguir trabajando en esa dirección
conoptimismo.
Un optimismo fundado en la realidad de la España de hoy que, sinembargo,
vuelve a sufrir la amenaza de esa violencia extrema y alevosa quees
el terrorismo.Los españoles hemos sabido fortalecer nuestra voluntad
colectiva ynuestra unidad frente al largo desafío que la violencia terrorista
halanzado contra el marco de convivencia democrático y plural que nos
hemosdado.
Esa voluntad colectiva y esa unidad son las que han hecho posible elreconocimiento
unánime de la sociedad hacia todas las víctimas delterrorismo y sus
familias. Para ellas se han habilitado ayudas quecontribuyan en alguna
medida a paliar sus sufrimientos.
Como ciudadanos que reconocemos en la paz y la libertad los bienessupremos
e irrenunciables de toda sociedad civilizada, debemos reafirmar esecompromiso
común.
La sociedad vasca y el conjunto de la sociedad española no van apermitir
que el dictado del terrorismo impida nuevamente cerrar el largocapítulo
de dolor que ha provocado. Este es el objetivo que debe unirnos atodos
en torno a los valores éticos y de convivencia que asumimos ydefendemos.
El respeto y la defensa incondicional de estos valores es, precisamente,lo
que legitima el debate, lo que alienta el diálogo constructivo, lo queimpulsa
esa tarea constante de las instituciones democráticas que consisteen
integrar discrepancias, buscar espacios de consenso y articular interesesenfrentados.
La Constitución es nuestro marco de referencia . Los valores que lainspiran
e iluminan son la mejor guía para nuestra conducta colectiva. Elcultivo
del pluralismo, la tolerancia como talante, el recurso permanente aldiálogo
para acercar los puntos de vista divergentes, el debate de ideaspresidido
por el respeto y la moderación, el amor a la verdad y el anhelo dejusticia,
son todos ellos elementos esenciales de una sociedad que deseaperfeccionarse
en libertad y en democracia.
La democracia, basada en el imperio de la ley, es un sistema sometido
alcontrol permanente de los ciudadanos y de la opinión pública y que
exige,además, en su ejercicio, formas y maneras que respeten las reglas
yprincipios sobre los que se inspira.
España, un país moderno
Es mucho, muchísimo, lo que hemos conseguido en la tarea de hacer de
Españaun país moderno y abierto. Pero, en ese empeño, no debemos conformarnos
conlo conseguido, pues ningún esfuerzo es bastante cuando de lo que
se trata esdel bien de España y de los españoles.
En el terreno económico, tenemos que seguir esforzándonos por quenuestro
crecimiento evolucione de una manera equilibrada y duradera, tanto anivel
social como regional. La prosperidad de España exige que, con espíritude
solidaridad, atendamos a la reducción de las diferencias que separan
aunas personas de otras y a unas regiones de otras, creando nuevasoportunidades
para todos.
Ese es el enfoque que confiere toda su grandeza a la actividad económicaasentada
en sólidos valores éticos: la búsqueda del bien común, la elevaciónde
las condiciones de vida para todos.
En nuestra Constitución se recogen también libertades y derechos decarácter
social que debemos proteger y desarrollar.
Hay que perseverar en el camino de la creación de empleo, especialmentede
empleo estable, pues ninguna sociedad puede considerar que su desarrolloes
completo si una parte significativa de su población permanece contra
suvoluntad al margen de la actividad productiva.
España aspira a construir una sociedad económica y socialmente avanzada.Para
alcanzar este objetivo sigue siendo prioritaria la atención a laeducación,
así como la mejora constante de la calidad de la enseñanza entodos sus
niveles y el fomento de la investigación, el desarrollotecnológico y
la formación profesional.
En el proceso de renovación que estamos viviendo, la mujer tiene unpapel
relevante que desarrollar. A ella se deberán en gran medida loscambios
sociales más intensos que nos esperan en el futuro.
Derechos de la mujer
En ese sentido, debemos responder a la evolución tan positiva que se
haproducido en los últimos años en el terreno de sus derechos, fomentarlos
sinninguna reserva y facilitar por todos los medios que su dignidad
e igualdadqueden plenamente garantizadas en su vida familiar, laboral
y social.
Por solidaridad y justicia tengo que recordar en este momento a nuestrosmayores,
a quienes debemos, en el ámbito de nuestras familias y de nuestrasociedad,
prestar el respeto, el afecto y la asistencia que merecen. A ellosles
debemos mucho y de ellos tenemos mucho que aprender.
España, como el resto de países de la comunidad internacional, está
cadavez más abierta a intercambios e influencias externas. Tres grandes
zonassiguen concentrando nuestra atención prioritaria en el exterior:
Europa,Iberoamérica y el Mediterráneo.
La participación de España en la construcción europea en los ámbitospolíticos
y de seguridad, busca contribuir a hacer de la Unión Europea unfactor
de estabilidad y bienestar para nuestro continente y de seguridadpara
la paz mundial.A este respecto, quiero expresar mi testimonio de gratitud
a loscompatriotas civiles y militares, que están contribuyendo con su
esfuerzo ysacrificio en varios países a la estabilidad y a la paz.
La reciente crisis de Kosovo pone de manifiesto la fragilidad política,económica
e institucional de algunas regiones de nuestro continente.
El proceso de integración europea sigue consolidándose hoy y se abre
aun número importante de nuevos países. Este proceso, asentado desde
suorigen en los principios de la democracia y el respeto de los derechoshumanos,
es la mejor garantía para superar potenciales focos deinestabilidad
en Europa.
Las Cumbres Iberoamericanas han recibido en su novena reunión, en LaHabana,
un importante impulso para el desarrollo de la ComunidadIberoamericana,
por la que España apuesta decididamente.
Vocación iberoamericana
Nuestros lazos de cooperación y la actividad económica que estamosdesplegando
en todos los países americanos confirman y fortalecen lavocación iberoamericana
de nuestro país. Es importante que esta presenciaeconómica vaya acompañada
de nuevas responsabilidades y compromisos con eldesarrollo social y
cultural de esas naciones, como corresponde a losvínculos históricos
y de familia que tenemos con ellas.
Estos lazos fraternales hacen que sintamos como propio, en estos días,el
dolor del pueblo venezolano ante la tragedia natural que le asola.
En los países del Mediterráneo tenemos mucho que hacer e intereses comunesque
promover. Allí se están produciendo cambios prometedores que España
hade alentar y apoyar. La estabilidad y el progreso de esta región son
un biencomún que debemos perseguir, buscando el apoyo europeo para ampliar
lacooperación y las relaciones en todos los órdenes con nuestros vecinos.
Permitidme ahora que haga referencia a algo que me afecta de manera
máspersonal. El próximo año se cumplirá el 25 aniversario de mi reinado.
En susvísperas, deseo reiteraros mi voluntad de servicio y mi profundo
orgullo porhaber podido contribuir al esfuerzo de España, del que os
sientoprotagonistas y actores principales, por alcanzar este largo período
de pazy progreso.
Como en años precedentes, quiero concluir dedicando un recuerdo muyespecial
a todos los compatriotas que se encuentran fuera de España, ydesearos
a todos de nuevo muy Feliz Navidad y todo lo mejor en el año 2000.
Discurso de Navidad
1998
"Los españoles hemos sabido recorrer el camino largo,
y a veces difícil, de la reconciliación"

En la noche de Navidad, que evoca especiales sentimientos de alegría,
paz y fraternidad, me dirijo a vosotros para felicitaros, junto con
mi familia, en estas fiestas y desearos para el año próximo todo lo
mejor.
Como siempre, quiero también trasladaros algunas reflexiones y deseos
que cobran especial significado en estas fechas y que me gustaría compartir
con vosotros.
Hace unos días se ha cumplido el vigésimo aniversario de la aprobación
de la Constitución de la concordia. En sus disposiciones se consolidan
en la práctica los principios del Estado de Derecho, se ensancha el
marco amplísimo de libertades de que disfrutan los ciudadanos y se afirma
una articulación autonómica del Estado que reconoce y protege la pluralidad
y diversidad de nuestra sociedad.
La Constitución, un instrumento de libertad
Hagamos el mayor esfuerzo para entender de manera generosa queEspaña,
nuestra patria común, es de todos y para todos y que, aunque pueda ser
percibida de distinta forma por unos y otros españoles, todos dependemos
y somos responsables de su futuro y estamos comprometidos con él. Nuestra
Constitución, que nos ampara a todos, es un instrumento de libertad,
seguridad y convivencia para el futuro.
El considerable desarrollo económico y social de España en estos veinte
años, que ha sido, sin duda, fruto de un trabajo colectivo, no hubiera
sido posible sin un marco constitucional que articula unas instituciones
democráticas sólidas. Tenemos que esforzarnos, cada uno en su respectiva
área de responsabilidad, para velar por su buen funcionamiento. En este
sentido, de nuevo quiero resaltar, en particular, la importancia de
una administración de justicia que responda con independencia, rigor
y eficacia a la confianza, el respeto y el apoyo que debe recibir de
toda la sociedad.
A lo largo de este año, en el desarrollo diario de las actividades propias
de la Corona, he podido percibir en todo momento que los españoles siguen
repondiendo a los valores del esfuerzo, la ilusión y la generosidad
por mejorar nuestra vida colectiva, con la mirada puesta en el presente
pero también en el futuro de nuestro país.
El nacimiento del euro
España ha cumplido con éxito los objetivos económicos ampliamente compartidos
que nos habíamos fijado y que han hecho posible nuestra participación
en el establecimiento de la moneda única europea, el euro.
Es la primera vez, en muchos años, que España es partícipe y protagonista,
desde su origen, en un proceso de trascendental importancia para nuestro
continente. Ha sido, en último término, el trabajo conjunto de la sociedad
española el que lo ha hecho posible y es justo que a ella revierta el
reconocimiento por este éxito.
Hemos llegado adonde estamos porque creemos en nosotros mismos, participamos
de la voluntad de crecer y superarnos, y tenemos confianza en nuestras
aspiraciones colectivas como nación.
El proceso que nos ha llevado a la convergencia con nuestros socios
en la Unión Económica y Monetaria ha requerido disciplina, rigor y solidaridad.
Hoy, y en el futuro, es imprescindible que sigamos practicándolas para
asegurar la firmeza de los fundamentos sobre los que hemos puesto lo
mejor de nosotros mismos.
Pero este esfuerzo no tendría sentido si alcanzar los objetivos de la
moneda única europea no aportara a España nuevas oportunidades de progreso
social y económico. Del mismo modo, la solidaridad, que es uno de los
fundamentos de la Unión Europea, debe servir para reforzar la cohesión
entre sus miembros.
Corregir las desigualdades entre las comunidades
Tenemos que procurar, ante todo, que la prosperidad económica se vea
acompañada de mayores y mejores oportunidades para la superación individual,
de una mayor justicia social y de una corrección de las desigualdades
que se dan entre las diferentes comunidades y territorios de nuestra
patria.
Como he dicho en repetidas ocasiones, el desempleo no puede ser un compañero
inevitable de nuestro modelo de sociedad. Por eso, hemos de combatirlo
resueltamente y aprovechar las posibilidades que ofrece la coyuntura
económica favorable, mediante el diálogo de los agentes sociales entre
sí y con la Administración.
Los logros que vamos alcanzando no hubieran sido posibles si los españoles
no trabajáramos juntos en paz, libertad y concordia, en un marco de
estabilidad política y social como el que disfrutamos.
Paz, libertad, concordia y esperanza tienen en estas fechas un significado
especial. El cese anunciado de las actividades terroristas, largamente
exigido por el conjunto de la sociedad y tenazmente perseguido por los
responsables de los Gobiernos y partidos democráticos, renueva y fortalece
este anhelo profundo que sentimos y estimulamos.
La larga experiencia de dolor que hemos compartido, nos lleva hoy a
sentirnos especialmente próximos a quienes han padecido la radical injusticia
de una violencia que tiene que renunciar definitivamente a pretender
ocupar espacio alguno en nuestra sociedad.
Ese espacio debe estar reservado para los valores que definen a una
sociedad democrática, para el ejercicio de la convivencia y el desarrollo
de la acción política en libertad y pluralismo.
El camino de la reconciliación
Los españoles hemos sabido recorrer con determinación el camino largo,
y a veces difícil, de la reconciliación. En ese camino, con la voluntad
firme de todos, podemos seguir avanzando con las mismas herramientas
de diálogo, generosidad y justicia que nos han llevado al éxito colectivo
por el que apostamos hace ya más de dos décadas.
España tiene ante sí grandes oportunidades para conseguir metas importantes.
Nuestras enegías han de centrarse también en seguir mejorando la educación
de nuestros jóvenes, extender la igualdad de oportunidades, abrir paso
a la investigación, la ciencia y la mejora tecnológica y fomentar en
nuestra sociedad aquellos valores por los que el ser humano se dignifica
y desarrolla como persona. En este sentido, es muy positiva la toma
de conciencia que se ha producido en nuestro país frente a conductas
de maltrato y violencia hacia la mujer, claramenteatentatorias contra
su dignidad y derechos.
Tenemos grandes objetivos que alcanzar, dentro y fuera de nuestras fronteras.
Cada vez más, la proyección exterior de España es, además de una vocación,
una necesidad.
Presencia española en Iberoamérica
1998 ha sido el año en que se cumple el centenario de la pérdida de
las últimas posesiones de España en América y Asia. Hoy, en Iberoamérica,
reafirmamos nuestro compromiso creciente con la democracia, y llevamos
a cabo una labor de cooperación cada día más importante. Al mismo tiempo,
hacemos un esfuerzo inversor sin precedentes y desarrollamos intercambios
de todo orden, que se corresponden con nuestro nivel de confianza en
el futuro de las repúblicas iberoamericanas.
Las instituciones oficiales, las empresas, las organizaciones no gubernamentales
y los ciudadanos españoles protagonizan este compromiso y lo mantienen
vivo cada día con mayor vigor y diligencia, ilusionados con el futuro
que nos aguarda en común.
Todavía tenemos muy presente la terrible tragedia que ha asolado a algunos
países hermanos de Centroamérica en donde el espíritu generoso de los
españoles confirma que en nuestros corazones hay afectos que no abandonamos
y a los que sabemos responder cuando sentimos que nuestra ayuda es necesaria.
La Cumbre Iberoamericana de Oporto ha demostrado un año másque los lazos
de los países miembros de la Comunidad iberoamericana se hacen cada
vez más sólidos y que la cooperación se intensifica produciendo frutos
tan tangibles como el acuerdo de paz firmado entre Perú y Ecuador. Esta
Comunidad seguirá siendo de enorme importancia y en su creciente desarrollo
estamos comprometidos con gran fe y confianza.
Proceso de paz en Oriente Medio
No podemos ser tan optimistas respecto al proceso de paz en Oriente
Medio. España, que se siente fuertemente ligada por lazos de vecindad,
de cultura y de historia con los países árabes y con Israel, ve con
preocupación los tímidos progresos que a duras penas se van produciendo
en el desarrollo de este proceso.
Siempre estaremos dispuestos a ofrecer nuestra contribución para seguir
avanzando en la solución de este contencioso. La estabilidad de la zona
sigue siendo frágil, como lo ha probado la reciente crísis desencadenada
en Irak, y por ello la comunidad internacional debe seguir trabajando
sin desmayo en la búsqueda de soluciones pacíficas para alcanzarla y
mantenerla.
Concluyo con un recuerdo especial a los españoles que se encuentran
fuera de nuestra patria, a los que hago llegar un saludo lleno de afecto.
En esta noche en que conmemoramos el nacimiento de Cristo, os reitero
a todos mis mejores deseos de felicidad, con un mensaje de confianza,
de ilusión y de esperanza para el año próximo.
Familia Real de España
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