EMPERADORES DE JAPÓN






Por Diana Torres del Mazo

El Emperador en Japón (Tenno=príncipe del Cielo en japonés) es visto como el vértice del corazón de la pirámide social. Desde tiempos lejanos los emperadores japoneses han sido percibidos como Papas-reyes, más que gobernantes. Los ancestros de los emperadores japoneses son los más antiguos, en comparación con cualquier otra casa real del mundo.

Antiguamente a los emperadores japoneses no se les conocía por su nombre, porque como seguían una continuidad dinástica y siempre existía para el pueblo un Tenno, no era necesario. El nombre no lo llegaban a utilizar hasta después de la muerte del emperador. Un ejemplo de esto es que al termino de la Segunda Guerra Mundial, el mundo y el pueblo de Japón logró conocer al emperador con el nombre de Hiroito, porque este era el nombre del emperador, cuando era príncipe heredero.

A la muerte del emperador asciende el pariente consanguíneo más próximo (que regularmente es el hijo del anterior). El ascenso se produce en tres etapas: Senso, Sokui-rei y Daijosai, es decir la primera etapa es inmediatamente después de la muerte del emperador y lo que llaman el ascenso, después vendría la coronación o la "toma de posesión" del trono y finalmente una fiesta de acción de gracias, por haber ascendido al trono. La ceremonia del senso del emperador Akihito fue la primera ceremonia televisada y el pueblo pudo observar el rito de la entrega de la espada sagrada, la joya y el espejo sagrado, que han sido los objetos reales imperiales desde la época de Jimmu en el 660 a.C., el primer emperador de Japón.

En la ceremonia del senso se le hace entrega también de los sellos estatales e imperiales que se emplean en los actos de Estado.

Es después de los rituales del Daijosai que se establece la condición de Arahitogamí al emperador, convirtiéndolo en un sacerdote o Dios viviente, del cual depende el bienestar del país. Bajo esta posición el emperador debía de realizar en noviembre de cada año el festival de los frutos (Niname Matsuri) durante esta ceremonia el emperador ofrece solemnemente el arroz recién cosechado a los dioses del panteón sintoísta (a los Kami). La ceremonia del Daijosai se realiza solamente una vez en la vida del emperador, y en esta se ofrece el arroz recién cosechado a su antepasado imperial, con el fin de expresarle gratitud a él y a las dioses por la paz y las cosechas abundantes que acaba de recibir, y ora también por el pueblo y el país.

En 1945 y después de la caída de Japón (al termino de la Segunda Guerra Mundial) el emperador Showa (Hiroito) renunció formalmente a convertirse en Arahitogami o "divino emperador presente", por lo que de facto tuvo que renunciar a realizar las ceremonias antes descritas como parte de su entronización. En 1947 por instigación del general Douglas MacArthur y de las tropas estadounidenses, se redacto y promulgo la nueva Constitución Japonesa, la que le quitaba muchos poderes al emperador, pasándoselos a un gobierno elegido democráticamente.

Según el Capítulo I de la Constitución de 1947 el Emperador:

- Es el símbolo del Estado y de la unidad del pueblo, y su posición dimana de la voluntad del pueblo, en quien reside el poder soberano. (artículo 1)
- El Trono Imperial es de naturaleza dinástica y la sucesión se producirá de conformidad con la Ley de la Casa Imperial promulgada por la Dieta (Cámara baja del Parlamento japonés)(artículo 2)
- Todos los actos del Emperador en cuestiones de Estado exigirán el asesoramiento y la aprobación del Consejo de Ministros, que será responsable de los mismos. (artículo 3)
- El Emperador realizara únicamente aquellos actos en cuestiones de Estado que establezca la Constitución, y no tendrá facultades en relación con las tareas de gobierno. El Emperador podrá delegar la ejecución de sus actos en cuestiones de Estado en la forma prevista por la ley. (articulo 4)
- Cuando de conformidad con la Ley de la Casa Imperial, se establezca una Regencia, el Regente actuará en materias de Estado en nombre del Emperador. En este caso, será también de aplicación lo dispuesto en el párrafo primero del artículo anterior. (artículo 5)
- El Emperador nombrará al Primer Ministros que haya designado la Dieta. (artículo 6)
- El Emperador, con el asesoramiento y la aprobación del Consejo de Ministros, realizara, en nombre del pueblo, los siguientes actos en cuestiones de Estado: (artículo 7)

- La promulgación de enmiendas a la Constitución, leyes, órdenes ministeriales y tratados.
- La convocatoria de la Dieta
- La disolución de la Cámara de Representantes.
- La proclamación de elecciones generales a miembros de la Dieta.
- La firma del nombramiento y destitución de Ministros de Estado y demás altos funcionarios que disponga la ley, y de los plenos poderes y credenciales de Embajadores y Ministros.
- La firma de amnistías generales y particulares, de conmutación de penas, de suspensión de ejecuciones y de rehabilitación de derechos
- La concesión de recompensas honoríficas.
- La firma de instrumentos de ratificación (tratados) y demás documentos diplomáticos que disponga la ley.
- La recepción de embajadores y ministros extranjeros
- El desempeño de funciones ceremoniales.

Sin embargo desde tiempos remotos el emperador, no tenía el poder de facto, por el contrario este residía en los círculos militares o los círculos económicos que eran más fuertes.
Los clanes o familias poderosas como los Fujiwara, se hacían con el poder mediante astucia y diplomacia, estrechando sus alianzas por medio de matrimonios y regencias artificiales. Fue mediante este tipo de familias que en Japón evoluciono una forma de feudalismo jerárquico y estructurado que perduró hasta el siglo XIX.

Después del declive de la familia Fujiwara siguieron otros clanes como fue el de Ieyasu Tokugawa quien estableció un gobierno en el que predominaba la obediencia a la autoridad y en donde el emperador no tenía ningún poder, pero seguía personificado. Tokugawa fundó una dinastía que gobernó un Japón unido y pacifico. En 1868 Ieyasu Tokugawa fue derrocado y se restauró la autoridad del emperador (llamada restauración Meiji). El nombre de la capital del Estado volvió a tomar su antiguo nombre, Tokio (anteriormente nombrada Edo) y la familia Fujiwara se volvió a colocar dentro de la corte del emperador.

Durante esta restauración estadistas como Toshimichi Okubo y Hirobumi Ito desmantelaron el sistema feudal de Japón y lo reemplazaron por una forma de gobierno más de estilo occidental. Esto cambió mucho el antiguo orden japonés (como la tradición de utilizar ropajes especiales -kimono y los moningu- o las ceremonias protocolarias al momento de saludarse, etcétera) por un nuevo orden, que le dio un impulso a Japón sin igual. En menos de treinta años, el país superó incluso el progreso económico de occidente. Se introdujo además el sintoísmo estatal que destacó el tradicionalismo y la condición divina del emperador sin aumentar de ningún modo su influencia política, se inicio una actividad aventurera militarista que conduciría al desastre final, la derrota de Japón y la ocupación de una potencia extranjera, lo que a la postre dio como resultado el descenso del emperador a los rangos de la humanidad común, es decir, a ser como cualquier mortal.

En 1926 asciende al trono el príncipe Hirohito, nacido en Tokio el 29 de abril de 1901 e hijo de Yoshi-hito. La era de Hirohito se conoce como el Showa (que significa brillante armonía). Durante los primeros años de su reinado, Hirohito delegó el poder en las manos de militares ultra nacionalistas, lo que provocó un expansionismo japonés, que lo enfrentó a las principales potencias de la época (Rusia, Estados Unidos). En 1940 Japón se alía con las llamadas potencias del Eje, lo que le dio el pase a involucrarse directamente en la Segunda Guerra Mundial. Las potencias aliadas encabezadas por Estados Unidos intervinieron en Japón (atacaron con las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki), por lo que el emperador no tuvo más remedio que aceptar la total derrota de Japón y en 1945 solicita la aceptación de la Declaración de Postdam. El 14 de agosto de ese mismo año se hizo oficial la rendición de Japón. El emperador renuncia ante el general MacArthur a su "divinidad" y acepta la realización de la Constitución de 1947.
A partir del termino de la guerra, el emperador y su esposa se dedicaron a limpiar la imagen de la monarquía tanto en el interior del país como en el exterior, se mostró cooperativo con los aliados, lo que le ayudo a que no fuera juzgado bajo cargos de crímenes de guerra.

El 7 de enero de 1989 muere Hirohito y asciende al trono su hijo Akihito. La era de Akihito ha sido llamada Hesei (de la paz conseguida), es un emperador preparado universitariamente- cursó sus estudios en la Universidad de Gakushuin, en Tokio. En 1959 contrajo matrimonio con Michiko Shoda y en 1960 nació su primer hijo y sucesor Naruhito.

Para el emperador Akihito el papel que desempeña la monarquía en la actualidad es la de ser el símbolo del Estado y la unidad del pueblo japonés. A pesar de la aceptación de la Constitución por parte de la corona, el Emperador no cree que su papel haya cambiado muchos respecto al de sus antepasados antes de la restauración Meiji.

Naruhito, el heredero de Akihito, nació el 23 de febrero de 1960, y tiene dos hermanos Akishino (príncipe Aya, casado y padre de dos niñas) y Sayazo (princesa Nori, quien permanece soltera). El príncipe Naruhito (también llamado príncipe Hiro) entró en la escuela Gakushuin a los seis años y continuó sus estudios en el extranjero en la Universidad de Oxford y en Merton (en esta ultima estudió historia).

El príncipe Naruhito contrajo matrimonio con Masako Hisashi Owada, joven diplomática. Masako trabajaba en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón cuando conoció al príncipe, entre sus funciones estaba la de ser interprete de figuras extranjeras que visitaban Japón.

Después de muchas dificultades para concebir (con un embarazo interrumpido) en 2001, la Casa Imperial anunció por fin el embarazo de la princesa.

En 2002 nació la pequeña Aiko (nombre escogido por el emperador Akihito, ya que le pertenece el privilegio de escoger el nombre del recién nacido). Por las dificultades en la concepción y por haber nacido mujer, en Japón se ha abierto un debate acerca de la posibilidad de que la pequeña princesa pueda algún día ascender al trono, si es que sus padres no procrean un varón.

Se dice que la pequeña princesa sería la primera mujer después de 2600 años en ascender al trono japonés. Los juristas se muestran a favor de que la constitución se reforme en ese sentido y permita el ascenso de una mujer al trono.