PRÍNCIPE RAINIERO

IN MEMORIAM





El Principado de Mónaco ha comunicado que el Príncipe Rainiero ha fallecido hoy 6 de abril de 2005 a las 06.35 horas víctima de los problemas broncopulmonar, cardíaco y renal que habían motivado su hospitalización.

Rainiero III de Mónaco se encontraba acompañado por su hijo y regente, el Príncipe Alberto según informó Palacio. Los médicos llamaron a Alberto de Grimaldi hacia las seis de la mañana para avisarle de que el fin estaba cerca.

El pasado 31 de marzo el príncipe heredero asumió la regencia del Principado y prometió que, en nombre del soberano ahora fallecido, ejercería "la plenitud" de los poderes con "fuerza, convicción y pasión".

 

Rainiero, el padre de Mónaco

EFE - El Mundo, 6 de abril de 2005

Gracias a su personalidad y a su capacidad de crear un sueño, Rainiero de Mónaco fue el responsable de haber dado renombre mundial al pequeño principado. Durante sus 81 años, el veterano monarca se convirtió en un padre para los monegascos, que quedan huérfanos tras la muerte de su dirigente. Rainiero falleció el 6 de abril.

Rainiero (1923) fue el trigésimo príncipe de Mónaco, todos descendientes de la dinastía Grimaldi después de que el primer soberano comprase este señorío en 1308.

Su boda con la actriz estadounidense Grace Kelly, uno de los iconos del mítico mundo de Hollywood, le convirtió ya en 1956 en un personaje popular para su pueblo. Pero la admiración fue más allá del mundo del 'colorín' y sus súbditos también supieron reconocer logros políticos como el hecho de que durante su reinado Mónaco ingresase en Naciones Unidas y en el Consejo de Europa.

Los expertos coinciden en que el principado le debe su existencia a Rainiero, ya que si no fuese por su carismático monarca, sería sólo un pequeño apéndice de la Costa Azul francesa, visto como un paraíso fiscal y bancario.

El carisma y su capacidad de poner a Mónaco en el mapa rodearon a Rainiero de buenos amigos, como el difunto presidente francés Francois Mitterrand, que le ayudó a prosperar bajo la "protección" de Francia.

El drama de los Grimaldi

En más de medio siglo de reinado -desde que el 9 de mayo de 1949 asumiese el trono al morir su abuelo, Luis II- Rainiero cambió por completo, no sin ciertas sombras, el anticuado país que había heredado para convertirlo en un lugar de renombre mundial.

Tras su mediatizada boda con Grace Kelly, la musa de Alfred Hitchcock, Rainiero también supo demostrar sus habilidades económicas al atraer a los más potentes inversores.

Después llegaron nuevos golpes de efecto, relacionados con sus hijas, Carolina y Estefanía. Sin olvidar al príncipe Alberto, que sigue soltero a los 46 años.

Tras el duro revés que supuso la muerte de su esposa en un oscuro accidente de tráfico en 1982, ningún drama se le ha escapado a la familia de los Grimaldi: numerosas bodas y divorcios calamitosos, accidentes mortales, fraudes, diferencias familiares y un sinfín de escándalos que salpican a sus hijos y yernos han llenado páginas y páginas de la prensa del corazón.

En los últimos años, la delicada salud del monarca, con cinco hospitalizaciones en 12 meses, no le permitió participar plenamente en la vida de su país. Ya en 1994 tuvo que ser intervenido quirúrgicamente del corazon y las operaciones se repitieron en 1999 y 2000.

Tras su muerte, todos se hacen la misma pregunta: ¿Sabrá Alberto proteger la herencia de su padre cuando se convierta en Su Alteza Serenísima?

Alberto de Mónaco, un polémico sucesor al trono

La sucesión al trono de Mónaco siempre ha sido una cuestión peliaguda. Tras la muerte de su padre, el príncipe Alberto debe convertirse en Alberto II de Mónaco, pero lo cierto es que el único hijo varón de Rainiero nunca se ha mostrado muy entusiamado con la idea de darle el relevo.

A sus 47 años permanece soltero, sin hijos y sin pareja conocida, lo que ha despertado rumores sobre su orientación sexual. Sin embargo, Alberto de Mónaco siempre se ha dejado ver rodeado de espectaculares mujeres de la talla de Claudia Schiffer, aunque con ninguna ha mantenido una relación estable y duradera. Esta situación le grajó la etiqueta de "el mejor partido del mundo", basada en la importante fortuna a la que tendrá acceso la elegida.

En los últimos años, cada vez que la salud de Rainiero sufría un nuevo achaque, saltaban a la palestra las posibles razones por las que el viejo monarca no abdicaba en favor de su hijo. "Saben que no está preparado"; "Lo que ocurre es que no quiere estarlo", especulaban los cronistas del papel cuché.

"El príncipe Alberto debe casarse. Este palacio no está destinado a ser el feudo de un viejo solterón. Espero, naturalmente, que haya niños enseguida de ese matrimonio", dijo Rainiero ya en 1997. No pudo ser. No ha conseguido ver cumplido ese deseo.

Sin trabas legales

Legalmente, nada impide que Alberto ocupe el trono soltero y sin hijo y lo cierto es que en los últimos años ha jugado un mayor protagonismo en la vida política del Principado. Así, ha ejercido como embajador ante la ONU de este minúsculo reino y ha sustituido a su padre en numerosos actos oficiales, como el funeral por las víctimas de los atentados del 11-M en Madrid.

La Constitución del Principado establece que la sucesión se efectúa por orden de primogenitura con prioridad masculina para el mismo grado de parentesco y exige la nacionalidad monegasca. Después de Alberto, y si éste muriese sin hijos, se encuentran en la línea sucesoria sus controvertidas hermanas, Carolina y Estefanía.

En este sentido, la prensa internacional siempre ha especulado con la posibilidad de que Carolina renunciase en favor de su hijo Andrea Casiraghi. Andrea es fruto de la unión entre la princesa y el empresario italiano Stefano Casiraghi, fallecido en 1990.

No en vano, en 2002, Rainiero reformó la Constitución para rebajar la edad de sucesión a los 18 años, por lo que Andrea, que ronda la veintena -nació en junio de 1984-, podría sería el sucesor si el príncipe Alberto no quisiera serlo. El joven, poco aficionado a los estudios, no parece un firme candidato.

Familia Principesca de Mónaco