La Monarquía es una milenaria institución que se ha forjado a lo largo
de la Historia con luces y sombras. En la actualidad existen en Europa 10 países con
sistemas monárquicos.
En los albores del siglo XXI parece sorprendente la supervivencia
de un sistema político que basa su legitimidad en la tradición histórica
aunque bien es cierto que sobrevive gracias al respaldo de sus súbditos pues sin su
confianza resultaría imposible su existencia. Por lo tanto, podemos decir que la
Monarquía es una institución que se fundamenta tanto en la Historia como en la
voluntad de los ciudadanos, expresada en la Constitución, que han confiado en la Corona
como la mejor garantía de estabilidad, concordia, democracia y libertad.
Los ingleses, desde Bagehot, suelen decir que la principal función de la Corona es: "to advise, to encourage and to be informed" (aconsejar, animar y ser consultado).
Habría que añadir otros verbos más: inspirar la vida del Estado, arbitrar
y moderar el funcionamiento regular de las instituciones y por encima de todo, escuchar el sentir
de la ciudadanía.
En palabras del insigne escritor Francisco de Quevedo:
"Que el reinar es tarea que los cetros piden más sudor que los arados, y sudor teñido
de las venas; que la Corona es el peso molesto que fatiga los hombros del alma primero que las
fuerzas del cuerpo; que los palacios para el príncipe ocioso son sepulcros de una vida
muerta, y para el que atiende son patíbulos de una muerte viva; lo afirman las gloriosas
memorias de aquellos esclarecidos príncipes que no mancharon sus recordaciones contando entre su
edad coronada alguna hora sin trabajo."
La Corona como símbolo democrático
Por Yolanda Gómez Sánchez, Catedrática de Derecho Constitucional y profesora de la UNED. La Vanguardia, 29/5/2004
La monarquía parlamentaria, como la española, se circunscribe a un marco jurídico y político que otorga al Rey la representación del Estado. Análisis del papel de los monarcas en los estados democráticos.
Más de 500 millones de súbditos
Por Silvia Hinojosa, Periodista.
La Vanguardia, 16/5/2004
Más de quinientos millones de personas son en la actualidad súbditos de un rey, aunque no tienen mucho más en común que esa clasificación general. A principios del siglo XXI, la monarquía persiste como sistema de gobierno en 29 países, más otros quince de la Commonwealth que tienen a Isabel II como jefa de Estado, aunque la limitada capacidad de maniobra de las casas reales europeas tiene poco que ver con el poder casi supremo de los emiratos o reinos del golfo Pérsico.
|