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Las raíces de Cataluña como pueblo con unidad de territorio y de gobierno
se remontan a los lejanos siglos de la Edad Media.
La progresiva emancipación de los condes catalanes de los siglos X y
XI respecto a los reyes francos; la conquista de nuevos territorios
a los árabes y su consiguiente repoblación con gente de habla catalana,
y la supremacía del condado de Barcelona (Ramón Berenguer III y Ramón
Berenguer IV) fueron determinantes en el largo proceso de unificación
del territorio, de creación de la capitalidad de Barcelona, de consolidación
de la unidad de gobierno de los condados catalanes y de implantación
de la lengua propia del país. Los soberanos de la casa de Barcelona
rigieron a los catalanes durante más de cinco siglos.
A lo largo de los siglos, la nación catalana ha contado con las instituciones
políticas y las formas de gobierno propias de cada época, con un grado
de soberanía también distinto. Durante algunos períodos de su historia
tales instituciones fueron las propias de un Estado soberano, mientras
que en otros períodos más recientes constituyen la expresión de un poder
compartido con el poder central del Estado español.
La unión matrimonial de Ramón Berenguer IV con Petronila de Aragón (1137)
dio origen al Reino de Cataluña-Aragón, el cual, aparte de estos territorios
y los de Provença y Rosselló, fue incorporando sucesivamente las islas
Baleares, Valencia, Sicilia, Córcega, Cerdeña, Nápoles e incluso, Atenas
y Neopatria.
La progresiva cohesión del territorio y del gobierno de la Cataluña
de aquella época por la fuerza de los hechos culminó con una realidad
de derecho: en virtud del Tratado de Corbeil (1258) entre Jaime I el
Conquistador y Luis IX (San Luis de Francia), el primero firmaba la
pérdida de sus dominios ultrapirenaicos (excepto Montpellier) y el rey
de Francia, como sucesor de los reyes carolingios, renunciaba a sus
derechos sobre los condados catalanes de Barcelona, Urgell, Besalú,
Rosselló, Empúries, Cerdanya, Conflent, Girona y Osona. Cataluña perdía
algunos territorios, pero ganaba la independencia de derecho. La independencia
de hecho se sitúa en el año 989.
La dinastía autóctona catalano-aragonesa se extinguió a principios del
siglo XV. El trono pasó sucesivamente a dinastías de origen castellano
(Trastámara), austríaco (Habsburgo) y francés (Borbones). Sin embargo,
los países de la Confederación Catalano-aragonesa disponían desde el
siglo XV de un organismo político-administrativo surgido de las Cortes
Reales, la Generalidad, que se convertiría en una institución de gobierno.
Esta institución, pese a sus altibajos a lo largo de la historia, es
el precedente de las actuales instituciones políticas catalanas.
El ejercicio del poder durante la época medieval ciertamente tiene poco
que ver con la separación de poderes de los modernos estados de derecho
democrático. Sin embargo, es sintomático que la única institución de
autogobierno que a lo largo de los siglos ha expresado el poder político
en Cataluña y perdurado hasta la actualidad haya sido la Generalidad.
El ejercicio de los derechos y libertades de este pueblo así como la
vigencia de sus instituciones se han visto interrumpidos, contra su
voluntad, durante largos períodos de su historia. Sin embargo, Cataluña
se ha recuperado tarde o temprano, especialmente cuando en los momentos
decisivos sus ciudadanos han dado pruebas de unidad en torno a sus instituciones
políticas propias.
Por ello, cuando en la España contemporánea fue recuperada la democracia,
con cierto reconocimiento del derecho de los pueblos, de inmediato resurgió
la Generalidad tras el cambio de régimen y antes del inicio del período
constituyente.
En palabras del President Pujol: "Venimos de un pasado que hemos
superado y nos dirigimos hacia un futuro que ya ha empezado. Nuestro
viaje hacia la Cataluña que queremos es también a veces reiterativo
y aburrido y resulta largo. Pero en último término es
el viaje lo que tiene sentido. A medida que se avanza en el viaje se
va construyendo, y el sueño se va convirtiendo en realidad. Este
sueño es nuestro mañana, es la Cataluña de las próximas
décadas. La de las generaciones futuras. Yo creo sinceramente,
yo creo con convicción que sobre la base de lo que hemos hecho,
arrancando de lo que hemos hecho, les podremos dejar un país
que realmente merecerá la pena".

El 20 de diciembre de 2003 se producía un acontecimiento histórico.
Jordi Pujol, después de 23 años como President pasaba
el relevo a Pasqual Maragall.
Una Generalitat de casi 650 años

Cant de la Senyera
Al damunt dels nostres cants
aixequem una Senyera
que els farà més triomfants.
Au, companys, enarborem-la
en senyal de germandat!
Au, germans, al vent desfem-la
en senyal de llibertat.
Que voleï! Contemplem-la
en sa dolça majestat!
Oh bandera catalana!,
nostre cor t'és ben fidel:
volaràs com au galana
pel damunt del nostre anhel:
per mirar-te sobirana
alçarem els ulls al cel.
I et durem arreu enlaire,
et durem, i tu ens duràs:
voleiant al grat de l'aire,
el camí assenyalarás.
Dóna veu al teu cantaire,
llum als ulls i força al braç.
Poesías emblemáticas catalanas
Comarcas y pueblos de Cataluña
Versió catalana
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