HASSAN II DE MARRUECOS
El rey del desierto










RABAT, 23 de Julio de 1999, 19:46 PM GMT

El Rey ha muerto

RABAT, Marruecos, 23 (AP) _ El rey Hassan II, que gobernó Marruecos durante 38 años y que era considerado como un moderado en busca de la paz en el Oriente Medio, falleció hoy de un ataque cardíaco, anunció su hijo. Tenía 70 años de edad.

``En esta triste ocasión, expreso mis condolencias al leal pueblo marroquí, que siempre le expresó su amor, lealtad y confianza al rey'', dijo el príncipe heredero Sidi Mohamed en la televisión marroquí esta noche.

Con el anuncio del deceso comienzan 40 días de luto oficial. El príncipe Sidi Mohamed será el nuevo monarca que reinará con el nombre de Mohamed VI.

El monarca, que murió a las 16.30, había sido internado hoy en el hospital Ibn Sina de la capital debido a una infección pulmonar aguda.
Poco después de anunciar la internación del rey en el hospital, la televisión marroquí interrumpió su programación habitual para transmitir lecturas del Corán. >

Monarca poderoso y venerado, era descendiente del profeta Mahoma y un factor de unidad nacional en este país del norte de Africa.
Su diplomacia ayudó a lograr el tratado de paz de 1979 entre Israel y Egipto, así como acuerdos posteriores del estado judío con la Organización de Liberación Palestina y con Jordania.

Hassan II trató de introducir a Marruecos en el mundo moderno, pero sin apartarse de la fe y las tradiciones del Islam.
La salud de Hassan, que cumplió 70 años el 9 de julio, era precaria desde hacía unos años.
Hassan heredó el trono de Marruecos con el antiguo título islámico de ``comendador de los fieles'' tras la muerte de su padre, el rey Mohamed V, en 1961.




Las relaciones con España han vivido momentos de tensión como los causados por la Marcha Verde en 1975. A pesar de las tensiones, últimamente las relaciones bilaterales son fluidas. España es el tercer país proveedor de Marruecos.
Hassan II consideraba al rey Don Juan Carlos como "su hermano" y la amistad entre las dos familias reales son cordiales.
El maquiavelo alauí



Después de Hassan II

EL segundo hijo de Hassan II se convirtió ayer en el nuevo rey de Marruecos, el decimoctavo de la dinastía alauí, con el nombre de Mohamed VI. Es un relevo que se produce en una fase delicada en la evolución positiva seguida por Marruecos en los últimos años. Desde 1996, Hassan II, sin renunciar a su férreo control del país, iba adoptando paulatinamente medidas liberalizadoras en el orden político y en el económico. Por otra parte, la imagen de monarca autoritario que proyectaba en sus primeros tiempos de reinado se había matizado con los rasgos de estadista árabe moderado, y hábil para capear el temporal del integrismo que también arrecia sobre el norte de África. No es, pues, una sucesión fácil, a pesar de que Mohamed VI ya había asumido algunas responsabilidades desde que alcanzó la mayoría de edad, en 1980.

En el orden interno, el principal reto del nuevo monarca marroquí es completar el proceso de modernización en su doble vertiente política y económica. Las reformas institucionales iniciadas por su padre alcanzaron un hito notable el pasado año, cuando por primera vez encargó a un líder de la oposición socialista, Yusufi, que formase gobierno tras una elecciones que dieron a las izquierdas la mayoría en la Cámara Baja. Pero queda mucho trecho aún por recorrer en el progreso democrático. En el plano económico, Marruecos necesita también un nuevo tirón para avanzar en una línea de liberalización que pasa ahora, entre otras cosas, por el progresivo desmantelamiento de su rígido sistema aduanero y por una aceleración de los procesos de privatización. Hassan II, que siempre apostó por la economía liberal, consiguió la confianza de los inversores extranjeros y un crédito internacional que su heredero necesita mantener en aras de un despegue económico que es aún incipiente.

Además del problema del Sahara, el riesgo del auge islamista es el principal reto interno con una obvia proyección exterior. Al contrario de su vecina Argelia, el Marruecos de Hassan ha tenido cierto éxito en la contención del fundamentalismo islámico. Este es un punto clave en la política del nuevo rey, puesto que de él depende, en gran medida, que Marruecos pueda seguir ejerciendo como eje estabilizador en el Magreb y en las tensiones de Oriente Medio. Y que pueda mantener una función moderadora en las relaciones del mundo árabe con Europa.

Los desafíos de Mohamed VI